La izquierda tradicional cree mucho en los partidos y estructuras políticas. Piensan incorrectamente que si su partido crece, con cuadros insertos en las masas, la toma del poder puede ser un hecho. Quizás en el siglo pasado, un partido o sindicato tenían la suficiente influencia obrera como para decir “a por todo” y tomar el cielo por asalto.
Hace tiempo que esto cambio, primero por que existen decenas de partidos de tipo socialistas, en segundo lugar porque cambiaron los influenciadores, los agitadores. Hoy un YouTuber o artista que comienza a agitar un “a por todo” tiene mucho mas impacto que si eso lo dice un dirigente sindical o social o el secretario general de un partido. Sin embargo, el efecto generado es el mismo, la necesidad de crear un sentido en común potencialmente revolucionario, crear las condiciones materiales.
En este sentido, nosotros somos no-intelectuales, puesto que apostar a opinar y no dar tesis ni teorías políticas. Somos lisa y llanamente agitadores, y queremos que nuestra comunidad sea lo mas critica posible, sea incorrecta y nunca le falte rock. Hablamos en criollo, para la gente del común, por que somos gente del común, por que la revolución la hacemos los comunes, y la revolución esta llena de aciertos y errores. No hay recetas mágicas, solo una necesidad: cambiarlo todo.
Acá estamos, agitando, planteando la necesidad de derrotar a este gobierno, de cambiar a este sistema basado en la explotación del hombre por el hombre. Aca estamos, con un martillo y una hoz, ya somos el enemigo, ya no nos pueden medicar, cuando vengan a buscarnos, habremos parido un movimiento popular, por cesarea.