El último parte médico oficial, difundido el viernes 6 de diciembre, informaba que Jorge Lanata se encontraba “vigil, afebril y bajo ventilación mecánica durante la noche”. Además, el informe señaló que estaba hemodinámicamente estable y no necesitaba drogas vasoactivas. Tras la publicación de este comunicado, el centro médico no emitió más partes oficiales, y fue su hija mayor, Bárbara, quien se encargó de mantener a la prensa informada sobre las novedades de su estado de salud.
El 14 de junio, Jorge Lanata ingresó al Hospital Italiano para realizarse un estudio de rutina. Durante el procedimiento, sufrió un paro cardíaco que requirió su traslado a terapia intensiva, donde permaneció tres meses. Posteriormente, fue derivado al centro de rehabilitación Santa Catalina, ubicado en el barrio porteño de San Cristóbal.
Sin embargo, en septiembre, Lanata tuvo que regresar al Hospital Italiano tras desarrollar neumonía y fiebre. Aunque mostró una recuperación inicial, su estado de salud se complicó gravemente debido a una isquemia intestinal, lo que obligó a cuatro intervenciones quirúrgicas. En una de ellas, los médicos extirparon 70 centímetros de intestino y no fue hasta el 16 de octubre que lograron reconectar el órgano. Aunque desde entonces ha mostrado signos de mejoría, diversas complicaciones han impedido su traslado nuevamente al centro de rehabilitación.