El Gobierno anuló la licitación de la Hidrovía Paraguay-Paraná y denunció presuntas irregularidades en el proceso, señalando a la empresa DEME. Según el vocero presidencial, Manuel Adorni, la firma, única oferente, “se ocupó de teñir el proceso de denuncias de faltas de transparencia, demandas ante la Justicia y otras acciones, que desistieron pocos días antes de la presentación de ofertas”.
Adorni enfatizó la importancia de la Hidrovía, que canaliza el 80% de las exportaciones argentinas, y reiteró la necesidad de una licitación transparente con altos estándares internacionales. “Desde el inicio del proceso nos comprometimos a llevar adelante una licitación transparente y competitiva”, aseguró. También recordó que la normativa establecía la anulación del proceso si solo había un oferente.
El funcionario acusó presiones de sectores políticos, empresariales y mediáticos para modificar requisitos técnicos y denunció intentos de direccionamiento a favor de Jan de Nul, actual concesionaria, que finalmente no se presentó.
“Pese a la inscripción de 11 empresas y consultas formales e informales de otras compañías, ninguna presentó oferta”, explicó Adorni. Ante esto, el Gobierno ordenó una investigación para determinar si DEME ejerció presiones sobre otros competidores o si hubo una posible asociación ilícita en perjuicio del Estado y los productores argentinos.