Andrés “Pillín” Bracamonte y su mano derecha, “La Rana” Atardo, fueron acribillados en las inmediaciones del Gigante de Arroyito, en un episodio que conmocionó a Rosario y abrió nuevamente el debate sobre la violencia en el fútbol.
El sábado por la noche, la tragedia envolvió a Rosario Central luego de que Andrés “Pillín” Bracamonte, histórico jefe de la barra brava, y su segundo, Raúl “La Rana” Atardo, fueran asesinados a tiros en su camioneta. El ataque ocurrió en las inmediaciones del estadio tras la derrota del “Canalla” ante San Lorenzo.
Según fuentes policiales, los agresores sorprendieron a Bracamonte y Atardo mientras circulaban por la calle Avellaneda. En un violento ataque, recibieron varios disparos desde corta distancia, lo que resultó fatal para ambos. Atardo falleció en el acto, mientras que Bracamonte fue trasladado al Hospital Centenario, donde murió minutos después debido a las graves heridas.
La Fiscalía de Homicidios Dolosos, liderada por Alejandro Ferlazzo, tomó el caso y ya ha ordenado el relevamiento de cámaras de seguridad de la zona, en busca de identificar a los atacantes. Este no es el primer atentado contra Bracamonte; en agosto sobrevivió a un intento de asesinato tras el clásico con Newell’s.
El brutal episodio revive el debate sobre el rol y el poder de las barras bravas en el fútbol argentino, un problema que parece no tener fin. La violencia que rodea al fútbol en el país demanda respuestas urgentes, tanto de la dirigencia como de las autoridades de seguridad.