El presidente de la FPF, Agustín Lozano, fue arrestado ayer bajo sospecha de encabezar una red de corrupción que se habría beneficiado de la federación para cumplir fines ilícitos. Durante el operativo, agentes de la Policía Nacional del Perú y fiscales anticorrupción allanaron su domicilio y las oficinas de la federación. Además del presidente, fueron detenidos otros dirigentes como Joel Raffo, presidente de Sporting Cristal, y Karen Mandriotti, presidenta de la Academia Cantolao.

La investigación apunta a que Lozano, junto a otros involucrados, habrían desviado fondos de la FPF, favorecido a clubes locales y hasta revendido entradas para el Mundial de Qatar 2022. El caso destapó una presunta organización llamada “Los Galácticos”, a la que se le atribuyen delitos de fraude administrativo, corrupción y lavado de dinero.

Al ser escoltado por la policía, Lozano pidió calma a su familia y declaró que espera que “todo se aclare”. En tanto, el jefe de la Policía Fiscal de Perú confirmó que el operativo sigue en curso para esclarecer el rol de cada detenido en esta presunta red criminal. 

Esta detención generó una gran repercusión en el ámbito deportivo peruano, ya que la FPF atraviesa uno de sus momentos más oscuros en lo deportivo y en lo institucional. Ahora, con su máxima autoridad implicada en serios cargos, se pone en riesgo la credibilidad de la institución.