La denuncia fue hecha por un grupo de hinchas que se acercaron al estadio para ver los partidos ante el Cruzeiro, el 15 de agosto, y frente a Riestra, el 27 de octubre, pero no pudieron ingresar. Los hinchas habían llegado en micro desde dos provincias distintas y algunos no pudieron ingresar a la cancha porque rebotaron sus entradas. 

Según informaron las actas judiciales que llevó adelante el fiscal Maximiliano Vence, los cuatro acusados tenían acceso a carnets de otros socios que no habían renovado el abono, los cuales modificaban con la imagen de los nuevos compradores para que puedan pasar los molinetes sin problema. 

El allanamiento

Vence, con el fin de saber si estas entradas efectivamente salían del club, pidió a los funcionarios del club el acceso a la planilla de todo el personal que trabaja en ese lugar, y de quienes tenían directa relación con las peñas del interior del país. Por otro lado, solicito toda la información que haya sobre los cuatro asociados a la venta de estos abonos y cualquier información que esté relacionada con el hecho.

Esta imagen se hace cada vez más recurrente y representativa de los tiempos políticos que corren y su interés en el fútbol argentino. Recordemos que Boca ya sufrió recientemente otras intervenciones de este estilo: como sucediera en noviembre del año pasado antes de las elecciones que consagraron a Juan Román Riquelme como presidente, o incluso unos meses antes por una causa de reventa de entradas.