Divina Tv Führer

¿Por qué hay tantos canales de streaming y por qué es importante hacer otro más?

La relación información-trabajo o servicio-producto son debates históricos de la comunicación y el periodismo, no estamos descubriendo nada nuevo, siempre hubo gente pateando más para un lado y otros más para otro, ahora quizás la diferencia está en que antes eran 11 contra 11 y ahora se llenó de jugadores la cancha, la democratización de algunas herramientas antes inalcanzables para las juventudes como al acceso a un espacio para hacer y decir lo que se te cante tarde o temprano iba a decantar en lo que decantó, un motón de gente diciendo cosas, podemos profundizar el debate sobre si realmente dicen lo que quieren o lo que el algoritmo les dice, pero de momento dejémoslo en que dicen cosas.

 

Desde la revolución de los streamers en pandemia, la aparición de Luzu que conectó varias cosas que ya venían funcionando con otras que no tanto, una mezcla de el contenido distendido que proponen los streamers, conductores influencers, la “radio con cámaras” que implementó Pergolini en Vorterix y alguna frescura que supieron ponerle,  iniciaron la ola de programas y canales de streaming que muchos, fieles a los orígenes del “nuevo medio”, sostuvieron las dinámicas y formas por tener presupuesto y muchas cabezas pensando el contenido y otros solo se subieron a la gran ola y casi que cualquier video donde haya 4 personas hablando un par de camaras y microfonos ya constituye en sí mismo lo mismo que Luzu, Olga o Blender.

 

 

Donde hay un boom hay un negocio

 

Las hamburgueserías, la birra artesanal y ahora los canales de streaming, el mundo del streaming en sus comienzos manejaba altos niveles de informalidad, había un valor en lo artesanal, lo natural, streamers como Markito Navaja o Davoo Xeneize en sus comienzos no tenían ni cámara y transmitían desde sus habitaciones manejando ellos toda la parte técnica la “profesionalización” o el elevar la vara que proponen estos nuevos canales de streaming tiene que ver con subir el nivel de calidad de contenido desde lo visual y lo técnico, lo cual me parece que es valorable.

 

No necesariamente subir el nivel del contenido en sí mismo, de lo informativo, lo narrativo o el entretenimiento, lo digo más simple, la evolución en lugar de ir a mejorar y complejizar el contenido fue apuntando a complejizar el acceso.

 

Hoy ya nadie considera comprarse una webcam enchufarla a su computadora que tiene el disco duro lleno y transmitir cuando le pinte sin horarios sin guiones manejando ellos mismos los programas y armando la parte gráfica sin ninguna responsabilidad, porque la exigencia actual del medio es que tenes que tener micrófonos de calidad, las mejores cámaras, una estética armada, un operador, salir en un horario determinado y mil etcéteras que lo que generan es que ya no sea tan accesible como antes poder tener tu programa de streaming.


Me resulta extremadamente interesante ver cómo se genera algo tan popular, tan masivo y tan artesanal y como todo eso de a poco se va convirtiendo en un negocio y de a poco se va monopolizando, el fenómeno del streaming nos mostró en ¿4 años? Más o menos como de un servicio que la gente hacía por gusto nació no solo un negocio sino que la construcción de monopolios de ese negocio y por tanto de la información.

 

 

Hoy medios como Luzu, OLGA, Blender, Vorterix, Gelatina se instalan como los “nuevos medios” que vienen a “reemplazar a la tele” pero que detrás de ellos se inscribe una lógica que tomó todo aquello que hacía de la tele un medio de monopolios, empresas y empresarios millonarios atrás sosteniendo, un sistema de publicidad enorme montado, números engañosos (antes mentían con el rating ahora mienten con bots) los famosos de siempre poniendo la cara, o en este caso los hijos de famosos que se autodenominan nepobabys porque también, hermosa moda que todo sea en ingles, si hay algo que me genera más rechazo que los porteños son los yankees.

 

Estos nuevos medios no son más que los viejos medios que vieron lo que la estaba pegando y dijeron hay plata ahí y después está una segunda y tercera línea de este boom de canales que son canales más chicos incluso federales que proponen cosas distintas, las experiencias de Brindis TV en Rosario o FAMA TV en Santa Fé que tienen algo de todo eso nuevo pero desde una mirada distinta y claramente con mucho menos presupuesto.

 

Después esta el tercer anillo de este mundo que es el que menos me gusta, que no digo que sea malo, solo que a mi no me cierra porque me gustan las cosas artesanales y hechas por uno mismo, pero hay un submundo de gente que, siendo conscientes de que tienen los medios de producción de contenido, te lo venden a un determinado precio, es decir, medios tradicionales que tienen la estructura para armar estudios con cámaras micrófonos luces operadores etc y por un monto que varia dependiendo el medio te permiten hacer tu programa de streaming.

 

Esto en principio parece un buen trato, gente que quiere hacer contenido y no tiene los medios le paga a gente que si los tiene para poder hacerlo, en principio todo parece ir relativamente bien hasta que empieza a ir relativamente mal, estos modelos de negocio funcionan casi como una estafa piramidal, hay un montón de pibes que dicen “che nosotros somos re graciosos, podríamos tener un programa de streaming” ponen cada uno una parte y alquilan el espacio, pero el problema de fondo está en que esta formato este sistema no prioriza el contenido ni se preocupa por eso solo funciona para el medio que alquila su espacio hasta que los chicos que pagaron se cansan, no pueden pagarlo más o lo que les prometieron no se cumple.

 

Si volvemos a la comparación con las cervecerías no es que no haya gente que quiera cerveza artesanal ¿Quién no quiere una buena cerveza? pero si metes 20 variedades de cerveza pasan dos cosas, terminan siendo todas medias parecidas y la gente al final después de probarlas a todas vuelve a las 3 o 4 que realmente son buenas, con esto pasa lo mismo, cuando hay una saturación por los motivos que sea la gente tarde o temprano después de verlos a todos va a elegir aquellos donde encuentre buen contenido, ninguno de los tres esquemas de medios que comento me parece que este mal en sí mismo, solo que yo acuerdo más que algunas formas que con otras.


 

En tiempos donde nadie escucha a nadie

 

Cuando era chico pasaba horas sentado frente a la televisión, entre dibujitos, documentales, noticieros en familia, peliculas claramente y cuando no estaba viendo la tele estaba jugando videojuegos (en la misma televisión) crecí viendo como un montón de gente hacía cosas increíbles frente a una camará siempre con una idea, un tanto ególatra de mi parte, de que lo podía hacer mejor, no tengo tan claro ese recuerdo, quizás no era literalmente así pero sé que pensaba algo parecido, o al menos tenía la claridad de que no podía ser tan difícil.

 

Con el tiempo fuí creciendo y nuevas ideas fueron cruzando por mi mente, conocí más en profundidad el rock que me atravesó toda mi adolescencia, casi al mismo tiempo que descubrí la verdadera verdad detrás de la mentira de papá noel, todo se hace se piensa y se ejecuta para mover las ruedas de un sistema, el sistema capitalista y aunque parezca una obviedad a mis jóvenes 14 o 15 años fue una revelación tan liberadora como atemorizante.

 

Ahí entendí por qué la gente que cuando yo era chico tenían medios de comunicación y hacían las cosas sin ganas, sin esfuerzo casi como si fuese una carga mientras miles de pibes se moririan por estar en los lugares que ellos históricamente ocuparon, porque de alguna manera todo el circo estaba armado para hacer girar la rueda ¿El estado es un gran veedor del sistema? está comprobado que si, ¿Y los medios de comunicación? Si me apuras te digo que también.

 

 Todas esas revelaciones adolescentes impulsadas por mi participación temprana en la política, la necesidad de agarrar la pala, también a edad temprana, y escuchar repetidamente Oktubre mientras viajaba 1 hora a la escuela en transporte público, me llevaron a incorporar una máxima a mi vida, una de tantas, siempre intentar no depender de nadie, y que en la medida de lo posible buscar tener mis propios medios para hacer y decir lo que quiero, como hizo toda su vida el Indio, como hizo toda su vida mi viejo (otro pelado) y cómo desde los 17 o 18 años tenía claro yo que iba a hacer, no sabía en qué ámbito, en que tarea, no sabía cómo, pero sabía que en lo que hiciera iba a intentar hacerlo.

 

Aunque esto parezca una especie de biografía berreta de mi vida es en realidad un intento de explicar cómo y por qué es que llegamos a armar un medio de comunicación independiente con todo lo que nosotros creemos que tiene que tener un medio local, sin abandonar el profesionalismo que nos enseño la educación pública y sin renunciar a nuestro principios y valores, ahora está muy de moda el concepto de estafa piramidal y siendo sincero no veo mayor estafa que cuando un medio de comunicación te hace creer que se basan en la pirámide invertida cuando en realidad invierten todo su tiempo en dar vuelta la pirámide porque lo que vende es la retención de audiencia.

 

Rio en general, pero particularmente la oferta de programación en streaming o podcast es una invitación a hacer las cosas de otra forma donde la centralidad este puesta en el contenido pero también en las formas, porque gente haciendo contenido valioso hay en muchos lugares, pero no solo importa el contenido sino también como lo haces llegar a un público amplio, que lo que se diga sea sincero, sin filtros, que la agenda no la marquen las tendencias y que se pueda adaptar a los problematicas e intereses locales, volviendo a la analogia de las cervezas, si en la ciudad la gente tuviese que elegir 3 o 4 con cuales quedarse de las 20 no se si no elige tomar vino, me gustaria y espero que cuando finalmente todo el boom baje y haya que elegir, sea RIO la primer opción en la que piesen,  siempre siendo concientes de que no podemos repetir los viejos errores de de TV ni tampoco copiar tal cual lo que los “nuevos medios” están haciendo, tenemos que ser capaces como parte del interior del pais que es necesario medios que atiendan a esa realidad y lo vamos a hacer casi sin un solo peso, con más fuerza de voluntad y arriesgando todo por una idea que parece loca, quizas innecesaria pero con la convicción de que las grandes cosas empezaron siendo las más grandes locuras, lo vamos a hacer de forma artesanal, como aprendímos del rock y lo vamos a hacer con un montón de profesionales formados en universidades públicas.

 

Rio será entonces más allá de todo una herramienta de democratización de la información una voz donde escuchar lo que los demás no dicen o lo que aquellos que tienen algo para decir no pueden hacerlo porque no tienen los medios y yo entonces cumplo el sueño de ese pibe de 10 años que veía la tele y pensaba “no puede ser tan difícil de hacer” hoy le contestaría que claramente es difícil y que es completamente cierto que el 90% comunica para hacer girar la ruedita, pero tambíen es cierto que se puede hacer de otra forma, más humana, más sana, más divertida, más profesional, más adaptada al público y sobre todo más artesanal.